Final del verano

 El verano está llegando a su fin, ahora nos espera un otoño lleno de color: dorados, rojos y amarillos vienen a acompañarnos. 

De momento seguimos teniendo variedad de colores. 

Heucheras

Justo el día antes de decretarse el estado de alarma me había comprado unas heucheras, las puse en la unas macetas grandes y el paso de las semanas ha sido espectacular, el cambio que han sufrido es increíble.

Al principio parecía que no crecían, pero de repente empezaron a nacer hojas por todas partes y luego flores... que son muy poquita cosa, pero muy vistosas y llamativas.

Son unas plantas que nunca había tenido, pero que ahora sé que nunca van a faltar en mi jardín.

Cerrado

Durante todos estos años he perdido plantas y árboles porque entraba gente en mi jardín y se las llevaba cuando yo no estaba en casa (sólo estoy en la casa del pueblo los fines de semana y en vacaciones).
Así que decidimos cerrar.

¡Me encanta el resultado! Algo fuera de lo habitual, un diseño nuevo y rompedor.

Es una estructura de acero inoxidable, con lo que espero que dure muchísimos años, pintado en blanco ¡que es un color que pega con todo !

¡¡No podría estar más contenta!!

Amapolas

Las amapolas son unas flores preciosas, pero delicadas.

El aire, el agua de lluvia o demasiado sol les afectan y hacen que pierdan sus pétalos con facilidad. Aún así es una planta que merece la pena tener en el jardín, su reproducción es muy sencilla, ya que produce muchísimas semillas y germinan con mucha facilidad.

Las que yo tengo son de color rosa, pero las hay de infinidad de colores.

Flores

Las flores lo inundan todo.

Los árboles se cuajan de color, despiertan las ganas de disfrutar de la naturaleza.

Flores de todos los tamaños y colores llenan nuestros jardines, un festival de aromas y sensaciones.

Rosas

Las rosas empiezan a inundar el jardín.

Algunas llevan años acompañándome, otras son unas recién llegadas. Cada una tiene su propia historia.

Este rosal fue deshauciado de casa de mi suegra, yo lo recogí de la basura y le brindé un poco de cuidado, lo agradeció con creces.

Este otro rosal era uno de los favoritos de mi abuela, recuerdo que en la fiesta de la 1ª Comunión de mi hermana pequeña los adornos florales del convite eran con estas rosas.

Esta preciosa lleva seis años conmigo, en un muro asomaban un montón de flores como esta y yo me enamoré de ellas. Mi cuñado cogió una y me la dio, era verano y puse parte del tallo en tierra, milagrosamente enraizó y ahora es uno de los ejemplares más bellos de mi jardín.

Otra maravilla encontrada en un paseo, estaba en lo que aquí llamamos una "sebe", rodeado de zarzas y ortigas. Cogí una rama y la planté (mi suerte con los rosales es increíble), ya veís que el éxito fue total.

Este es uno de tres, me explico.

Tengo tres rosales iguales, los trajo mi marido hace años de una casa donde no los querían (de aquella él trabajaba en una empresa de jardinería), yo los adopté y cada año me regalan millones de flores.

Hay más amigas, pero esas vendrán otro día.

Un abrazo y cuidaos.

Reciclando tejas

Estos días sin poder salir me están siendo muy productivos y estoy aprovechando al máximo el tiempo.
Tenía muchas ganas de hacer un bancal para flor de corte y con la ayuda de mi marido, ya está en marcha. No sabía muy bien cómo lo quería, así que navegando por Pinterest vi unos jardines cerrados con tejes que me encantaron.
Tenía un montón de tejas de cuando arreglamos el tejado y me daba pena tenerlas amontonadas, así que este era el proyecto perfecto.

Lo primero fue medir y marcar el tamaño del bancal, el mío es de 1,50 x 4,50 metros, es muy sencillo y mediante triangulación nos aseguramos de que estuvieran todos los lados bien planteados y con los ángulos correctos.
Lo siguiente fue cavar una zanja alrededor del bancal de unos 20 cm de ancho y la profundidad suficiente para enterrar casi la mitad de la teja (unos 25/30 cm), esta es la parte más difícil, porque hay que tener fuerza y  hacer las paredes de la zanja muy rectas para que las tejas queden bien colocadas.

A continuación se van colocando las tejas una doble hilera para que sea más resistente y se vuelve a cerrar la zanja para que las tejas queden bien firmes, ahora se rellena con más tierra si hiciera falta ¡y se plantan y se siembran todas las flores que se quiera!

Como teníamos muchísimas tejas, además del bancal para flor de corte, agrandamos el bancal de las dalias y lo cerramos con el mismo sistema, pero con las tejas más inclinadas. Queda también muy bonito, pero este os lo aconsejo para zonas de plantas que no requieran mucho trabajo porque al sobresalir más las tejas resulta un poco incómodo para llegar a la tierra.

La primera rosa...y otras flores

Ayer descubrí la primera rosa de la temporada, preciosa, delicada, de un rosa pálido maravilloso.

Me hizo tanta ilusión que quise compartir ese momento con vosotr@s.

Allí estaba, escondida, esperando por mí.

También os quiero enseñar la flor de mi Pilea Peperomioides, no es que sea gran cosa, pero me gustó mucho que floreciera.

Poco a poco la primavera va ganando terreno, el planeta sigue adelante, no se para. Sólo se para nuestro mundo, muchas veces estúpido y egoísta, es el momento de escuchar y sentir a la madre naturaleza, pero no como una tendencia o una moda pasajera, si o como una guía de vida, de existencia coherente y en armonía con el resto de seres que nos rodean.

Cuidaos mucho.

Más ideas de reciclaje

El viento en mi jardín es una constante, la costa asturiana es de una belleza incomparable, pero a veces el clima es despiadado, como hoy.
Sopla viento fuerte, llueve, graniza... para estos días de frío, pero que quiero salir al jardín tuve que buscar una solución.

Por nuestro trabajo en la tienda de segunda mano tenemos acceso a material muy variado y muchas veces a mucha chatarra, así que después de investigar un poco y reunir la información necesaria me animé a hacer una estufa de jardín (en inglés firepit).
La verdad es que es muy sencillo, no tuve que atornillar, ni taladrar ni nada por el esstilo.

Con un bombo viejo de lavadora y un viejo soporte de macetas de hierro que tenía diámetro suficiente para sujetar el bombo ¡ya está!

Lo de encender el fuego ya fue otra historia, me resultó algo más difícil, pero al final lo conseguí.

En la red podéis encontrar multitud de ideas y tutoriales para aprovechar viejos materiales y darles una segunda vida.

Os dejo  un vídeo con el fuego "en marcha",

Trabajos manuales

Mi cabeza no para de dar vueltas y pensar en un millón de cosas y dudas que me inundan, supongo que como a la mayoría de los españoles, o creo que a la mayor parte de la humanidad estos días.

Por eso tengo que mantenerme ocupada y estoy aprovechando para poner al día montones de proyectos atrasados.

Por ejemplo, el muro de la entrada, llevaba mucho tiempo diciendo que tenía que pintarlo y nunca llegaba el momento. Pues por fin llegó.

Así estaba antes. Bueno, no, así estaba después de limpiar con agua a presión todo el musgo y líquenes que tenía. Antes estaba realmente desastroso.

Uno de estos días que amaneció soleado me puse a pintar, tardé mucho menos de lo que pensaba que tardaría y el resultado merece la pena.

Ahora el muro está blanco, limpio y precioso.

Como ya estaba en el tema de la pintura, retomé otro viejo proyecto Un faro hecho con macetas pintadas.

Los colores no se ajustan mucho a la realidad, pero son muy bonitos y era lo que tenía a mano. 

El resultado es muy vistoso y como la parte de detrás de la casa es bastante oscura, viene muy bien un punto de luz en esa zona. De momento está colocado junto al bancal de flor para cortar, pero no sé si este será su emplazamiento definitivo o lo cambiaré.

Pronto volveré con más novedades.

Cambio de imagen

A finales del pasado verano pensé que era el momento de pintar la casa por afuera, por dentro ya estaba completamente pintada en un nuevo color, un gris rosado clarísimo que la llenó de luz.
Pero yo quería un cambio aún mayor para mi casita azul, así que me puse a barajar opciones.

Mi casa color azul cielo.

Verde inglés fue el primer color que tuvo mi casa, cuando nos casamos y realmente era bonito, pero en seguida decoloró y quedó a parches, así que desestimado, azul ya lo era, así que no era una opción, amarillo....la de mi suegra está al lado de la mía y es amarilla ¡no, yo quiero algo distinto!
Una de mis hermanas sugirió el granate o algún tono de gris tan de moda, pero no me convencía. Mi subconsciente ya había elegido el color, aunque yo no quisiera reconocerlo. Había estado navegando por la red y había visto unas imágenes de Cuba con unas casas pintadas en unos colores brillantes y llamativos y me habían encantado, quería una casa de color cubano, eran tan alegres: azul añil, morado intenso, amarillo canario, naranja, fucsia,,,¡ese era, fucsia!

Foto tomada de la red

Os podéis imaginar la cara de todo el mundo cuando les dije el color que quería ¿estás loca? ¡no , en serio, ese color no! eran algunas de las expresiones que flotaban a mi alrededor.
Pero mi marido, que como siempre me apoya al 100%, me dijo: " Es tu casa, la pintura que elijas tiene que gustarte a ti y a nadie más"
Mi hermana pequeña cuando vio el color sonrió y me dijo que era yo en estado puro.
Mi otra hermana tenía dudas.
Mi cuñado (el que me la tenía que pintar) no se lo creía.
Y mi hijo....mi hijo me dijo:¡Vaya, qué color más original, seguro que no hay nadie en todo el concejo con tantas pelotas para pintar su casa de este color, me gusta, mamá!

Así que estaba decidido, sólo decir que cuando vieron el resultado final, con el sol y tanto color, a todo el mundo le gustó.
Pero lo más importante, a mí me encanta.

Ahora estoy trabajando en el exterior. Repintando el farol de encima de la puerta y cambiando las plantas de la entrada, así que en unos días os enseñaré los cambios que estoy haciendo y que tanto me ayudan a pasar estos días lo mejor posible.

Un abrazo enorme y salud para todo el mundo.

¡Cuidaos!